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Como todo en esta vida, la relación de una persona con discapacidad con el mundo laboral dependerá, y mucho, del grado de afectación, y de si ésta, en caso de no ser excesivamente grave, le permite encaminar su educación hacia un futuro laboral acorde a sus limitaciones. Yo conozco muchas personas, que han conseguido, gracias generalmente a las carreras universitarias que han cursado, disfrutar de una situación laboral normal, incluso elevada, ha sido debido a que esos estudios siempre estaban condicionados a la discapacidad que padecían, ya que siempre han convivido con ella y han sabido o han podido adaptarse.
Conozco otros muchos casos, probablemente más, que por las circunstancias personales, familiares ó económicas de cada uno, no han podido hacerlo, éstas personas, generalmente acaban trabajando en organizaciones como la O.N.C.E. o en centros preparados especialmente para personas con discapacidad.
Existen los sitios conocidos como Centros Ocupacionales, cuando la discapacidad es grave y/o muy limitadora, y que están completamente subvencionados por la Administración o por algún tipo de Fundación, estos centros suelen ser de terapia educacional, y no solamente no cobran sueldo alguno, si no que en muchos de ellos se paga por entrar en esos talleres.
También existen los Centros Especiales de Empleo, que funcionan como una empresa convencional, pero que están fuertemente subvencionadas por cada contratación que realizan, con ayudas directas por tipo de contrato y duración y con grandes descuentos en el pago de la Seguridad Social, en estos centros suelen realizar trabajos subcontratados por otras empresas, que al final es de lo que se mantienen, también los hay que fabrican sus propios productos o generan su propio negocio, pero son las menos; en estos centros especiales ya disfrutan de Seguridad Social, vacaciones y un sueldo que generalmente no va mucho mas allá del salario mínimo, aunque, por supuesto, hay excepciones, ya que es y se comportan como una empresa corriente, con la diferencia de que en estos lugares, una vez acabado el dinero de la ayuda por el trabajador discapacitado, se finiquita y se contrata a otro nuevo, éstos prácticamente se pagan su propio contrato con la subvención.
Justo es decir que también hay Centros Especiales de Empleo en los que la política es la de hacer fijos al personal que contrata, alguna de estas yo la he conocido bien.
Esto que a simple vista podría parecer el no va mas de la integración laboral, obviamente no lo es, en primer lugar, cuando las empresas tienen problemas, como ocurre en la actualidad, lo primero que cortan es el grifo que suministra el trabajo derivado, por lo que estos centros especiales rápidamente se ven con problemas muy serios, para poder mantener la estabilidad laboral; conozco uno que se dedica a subcontratar vigilantes y conserjes, además de personal de limpieza a otras empresas, organismos públicos, porterías de edificios, etc. que apenas renuevan y tampoco contratan nuevos (son contratos de un año), otros se mantienen a duras penas, con salarios atrasados y al punto del cierre, como tantas empresas hoy en día.
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No nos engañemos, a pesar de las buenas intenciones que esos videos que comentaba antes reflejan, esa no es ni mucho menos la realidad, las empresas no contratan a personas con discapacidad, o lo hacen muy poco, normalmente no tienen esa solidaridad, dicen que no son ONG, solo les contratan si ven que les pueden sacar un beneficio económico mediante ayudas (y últimamente ni eso), cosa que me parece muy bien, pero ¿no hay cientos de trabajos que pueden realizar personas con discapacidad en un entorno laboral normalizado, junto a personas sin problemas físicos o psíquicos? ¿no debería de existir algun tipo de discriminación positiva, como ya existen en otras facetas sociales como por ejemplo la protección de las mujeres?, ¿no debería de haber una norma que obligara a contratar a estas personas en grandes empresas, digamos a partir de 50 empleados?, eso si que sería integración laboral y social de verdad, ¿no?, pués bien, esa norma ya existe, artículo 38.1 de la ley 13/1982 de 7 de abril de la LISMI,(Ley de Integración Social del Minusválido), pero raramente se cumple, de hecho han ido saliendo disposicionesgeneralmente buscando la excepcionalidad de las empresas para liberarse de esa obligación, es decir legalizar las excusas para escaquearse de cumplir la norma.
Yo puedo asegurar que el trabajador con discapacidad suele ser serio, trabajador y responsable, entre otras cosas porque es consciente de las enormes dificultades que tiene para integrarse en el entorno laboral.
Porque al final de lo que se trata es de buscar la estabilidad física, emocional, laboral y social de las personas, de todas las personas, sin distinción de ningún tipo, como bien dice nuestra Constitución, y eso está muy lejos de ser realidad.